miércoles, 21 de noviembre de 2012

¿cinco años de amor?

¡Que tonto es ese tipo... está mirándola hace dos horas desde esa esquina... no se da cuenta de que ella igual le corresponde con la mirada...mmm han coqueteado desde que llegaron al baile anual de solteros!. Decía apesadumbradamente la robusta Betty, para sí misma, parada a un costado de la barra.

Él se llama León, es delgado, usa el cabello engominado, tiene una profesión muy peculiar, y lo que más lo hace especial es su atrevida forma de bailar.

"Al verlo venir en dirección hacia mí, decidí valientemente salir a su encuentro, aun sin dejar de lado mis notorios prejuicios de mi obesidad congénita, de mi enorme narizota, mi gigantesca cabeza de chancho y mi cuello de dos centímetros y medio de largo... fue tan emocionante pensar en que esta situación podría ser el inicio de una bella historia de amor. Mientras más se acercaba, mis axilas emanaban litros de una espesa sustancia, debido a los nervios que esta situación acarreaba.
Como un golpe eléctrico fue la sensación que tuve en ese instante, al darme cuenta de que no era a mi a quien se acercaba, sino que a ella, a la hermosa y femenina Felicidad Aldunate. Ante esta embarazosa situación en la que me vi envuelta, no me quedo otra alternativa que desaparecer para siempre de este mal oliente país en dirección a África". (Betty Ibarra, Noviembre, 1998)
Después de las típicas preguntas de conquista, halagos y mentiras, él mostró sus grandiosos dotes de bailarín de flamenco, o como el decía de bailaor de flamenco. De esta forma fue como causó gran conmoción ante los asistentes, quienes asombrados pedían una y otra vez al galán y a su dulcinea en la pista de baile.
Nada hacía presumir que esa noche sería el encuentro de dos corazones sin rumbo. 
Los cinco primeros meses de aquel romance, fueron de pura paciencia, comprensión, amor, regalos, caricias y salidas románticas ... Estaban completamente enamorados.
Fueron cinco años de amor, paciencia y compañía, en donde todo estaba regido por la promesa que hicieron en el altar...sin embargo, cuando el pelo emigró de la cabeza de el viril León, el amor de Felicidad se fue con el.




Lucciousamoenus





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